DOHA, Qatar. -Los Tigres de la UANL hicieron una hazaña mundial, al vencer 1-0 al Palmeiras de Brasil, actual campeón de la Copa Libertadores, para avanzar a la Final del Mundial de Clubes.
Los dirigidos por Ricardo Ferretti, no sólo hicieron historia, sino que se han convertido en este momento en el más internacional de México, al ubicarse ante la oportunidad de llegar a lo más alto a nivel de clubes.
André-Pierre Gignac ejecutó de manera impecable un tiro penal que le habían cometido a Carlos González, para así dejarle claro al mundo quién es el equipo de la década en México.
EL JUEGO
El arranque fue como se esperaba y lo planeó Tigres, tener la pelota e ir en busca del arco contrario tan pronto sea posible, por lo que a los 4’ tocábamos la puerta con centro de Luis Rodríguez y cabezazo de Carlos González.
Pero el arquero a una mano nos quitaba el gol que nos hubiera dado la táctica del resto del juego.
Después de ahí comenzamos a tener la pelota, pero estábamos sufriendo en el desdoble al hacer presión alta el rival, que tuvo a los 18 minutos la primera opción, cuando el 17 saca tiro potente que Nahuel rechazaba.
Fue entonces que el rival se nos venía encima, teniendo la pelota y la recuperación, pero no el desdoble necesario para inquietarnos, por lo que era momento de replegarnos y comenzar a sacar agua del pozo.
Sin embargo, el dominio brasileño duró sólo 15 minutos, pues Tigres recuperaba la posesión y la confianza, teniendo el ritmo al que están acostumbrados, recorriendo el balón por toda la cancha.
Sobre los 34 minutos Luis Quiñones recuperaba en la salida y la cedía a André-Pierre Gignac, quien se abría el espacio y sacaba tiro que buscaba el segundo poste, pero antes el arquero le quitaba el gol a una mano desviando a córner.
Tres minutos después volvíamos a buscar el juego aéreo, con el Chaka por la derecha mandando centro a segundo poste, donde Gignac conectaba de cabeza, pero otra vez el arquero le quitaba el gol al desviar a saque de esquina.
SEGUNDO TIEMPO
La segunda parte fue espectacular, con un equipo Tigres en el papel de catedrático de cómo aguantar un marcador y al mismo tiempo buscar acrecentarlo, ante un rival que nunca bajó los brazos.
Sobre los 49’ Luis Rodríguez, el famoso Chaka, tomaba un balón en linderos del área y sacaba tiro por encima del arco. Era claro que queríamos el segundo para calmar el ímpetu del Palmeiras.
Un minuto después Luis Quiñones, que designado como el Mejor Jugador del Partido, se escapaba por su lado izquierdo para sacar centro que gritaba peligro, pero el arquero volvía a ser la figura de su equipo al cortar cuando ya Carlos González cerraba.
Tigres estaba demostrándole al mundo que podía, y a los 52’ Carlos González hacía pared con Jesús Dueñas, el paraguayo se metía al área y era derribado, marcándose penal sin siquiera pensarlo.
André-Pierre Gignac tomaba el balón y pedía cobrarlo, ejecutándolo de manera impecable a la derecha del arquero, quien se quedó a centímetros de evitar el gol. Era el 1-0 que le gritaba al mundo que ahí estábamos.
Dos minutos más tarde otra vez Carlos González se metía al área en pared, era derribado y se esperaba el segundo penal, pero el árbitro decidía que no y se nos esfumaba la opción.
Palmeiras comenzaba a hacer cambios, a meter todo su arsenal e intentaba volcarse contra el arco de Nahuel, y a los 57’ anotaba, pero el árbitro y su asistente lo anulaba por fuera de lugar más grande que el Estadio.
Después lo más cercano al gol que estuvo el Palmeiras fue a los 77 minutos, cuando escapaban por la derecha y mandaban centro que Nahuel no cortaba, pero sí Chaka, aunque por centímetros no quedaba en autogol.
El árbitro al final decidía agregar seis minutos, pero nos mintió, pues se fue hasta el 97 con 35 segundos, tiempo que sólo sirvió para nuestro equipo le dijera al mundo que eran históricos.
Fotos: tigres.com.mx y esfifa.com